La caza del venado mula en Nuevo México es una de las experiencias más emocionantes para cualquier cazador. En 2020, tuve la oportunidad de embarcarme en una caza épica en las vastas tierras de este estado, conocido por su terreno desafiante y sus venados mula de gran tamaño. Este viaje fue un reto, pero también una de las aventuras más gratificantes de mi vida.
Desde que llegué, supe que estaba en un lugar especial. Las montañas y las llanuras de Nuevo México ofrecen un paisaje impresionante, con un clima árido que hace que la caza sea aún más desafiante. El venado mula, con sus enormes orejas y su capacidad para moverse sin ser visto, es un adversario formidable. Mi misión era clara: encontrar un trofeo y hacerlo de manera ética y respetuosa con la naturaleza.
La caza comenzó temprano en la mañana, cuando el sol aún no había asomado por completo. Estaba equipado con mi rifle y binoculares, listo para afrontar el reto. Pasé horas rastreando huellas y observando el terreno. Las primeras señales de venados eran sutiles, pequeñas huellas en la tierra y ramas rotas que indicaban su paso reciente. No fue hasta el tercer día que encontré al venado que estaba buscando.
Estaba cerca de una zona de matorrales, cuando de repente, vi un movimiento a lo lejos. Un venado mula apareció entre los árboles, su silueta claramente visible a pesar de la distancia. Con su impresionante cornamenta, era exactamente lo que había venido a cazar. Estaba a unos 250 metros de distancia, lo que me permitió preparar una toma precisa. Después de un par de ajustes, mi rifle estaba listo. El disparo fue limpio y certero, y el venado cayó en el mismo lugar donde lo había observado por primera vez.

La sensación de lograr la caza fue indescriptible, pero aún más gratificante fue el proceso de rastrear y estudiar el venado, respetando su habilidad y su entorno. Tras un poco de esfuerzo para llegar hasta él, me encontré frente a un magnífico ejemplar de venado mula, con cuernas masivas y bien formadas.
Este viaje a Nuevo México no solo me ofreció un trofeo impresionante, sino también la oportunidad de experimentar la belleza de la naturaleza en su forma más pura. Fue un recordatorio de por qué la caza es más que una actividad: es un acto de conexión profunda con la tierra y sus criaturas. Sin duda, este fue uno de los momentos más inolvidables de mi carrera como cazador.
